Con los ojos fijos hacia la nada,
así temblaba, así gritaba,
nadie se dio cuenta de nada,
porque mi cuerpo y mis labios quietos estaban.
Sin embargo, el destierro de tu amor
me aisla del sendero sublime
y me hunde en el terror
de tu ausente calor.
El aire dispersa mi cabello,
levanto el rostro y veo el sol radiante,
el día, el día ..........¡¡¡tan bello!!!
y el tiempo como siempre marchando hacia delante.
Sonrío tristemente
he invoco a mi espiritu.
Oh.... dulce espiritu
¡¡¡Levantate!!!
Autor: MILOCARU