Yo creí querer
y terminé
queriendo dejar
de creer
que entre
el amor
y el querer
existe algo
que es malo
aunque
hace bien.
Tan bien
hace
ese mal
que sin ti
todo falta
y me sobran
recuerdos
que inundan
mis ojos
y la lluvia
en mi cara
es resultado
de mi vida
salada.
Y aunque
no te tenga
y aunque
no seas mía,
conservaré
tu mirada
que enloquecía
mi alma
y a mi corazón
volvió
manicomio
de tus besos
que jamás
se curarán.