Cada día,
hagamos algo de lo que podamos
sentirnos orgullosos al día siguiente.
Cada día, pensemos que es el primero,
para vivirlo con sorpresa; y el último,
para aprovecharlo como nuestra última oportunidad.
Cada día, busquemos nuestra felicidad
haciendo más feliz a algún otro.
Sembremos una semilla
de cuyos frutos
podamos vivir al día siguiente.
Renovemos nuestro corazón
de tal manera
que no quede amargura alguna
para el día siguiente.
No guardemos
nuestras sonrisas de hoy para mañana.
Sólo podremos sonreír mañana,
si hemos sonreído hoy.
BY Flor de Cerezo Memorial
DR Mexico Mexico 2011