Suspiro y los latidos de mi corazón se aceleran.
¿Qué sucede?
Es él que se aproxima junto a los pasos del padre tiempo
Ahora hablamos sin saber qué decir
Guardando silencio para no interrumpir los gemidos que liberamos Intentando “jugar” a no sentir.
Y somos unos tontos, al pensar que podremos lograrlo
Es claro que seguimos encontrándonos en la mirada del otro.
Mírame… continúo siendo quien te acariciaba por las noches
Y te despertaba con palabras de amor en las mañanas
¿No reconoces mi voz? ¿No sabes acaso que soy yo?
Piensa… siente… recuerda… Percibe mi piel temblar cuando te acercas. ¿Reconoces su calor?
Sin mirar te alejas y las palabras que no soltamos se marcharon para morir contigo.