Al amanecer,
acaricio tu cuerpo
perdiendo el aliento,
suspirando a placer.
Como un juego infiel,
recorro tu cuerpo
con húmedos besos,
fundiendo tu piel a mi piel.
Atada de manos y pies
te gozo a mi antojo
besándo tu apetecible piel,
tus labios, una y otra vez.
Ventana del alma,
satisfechos miran
sensuales fantasías
de la amada mía.