Ella no sabe por qué pero sabe que su destino de Diosa es mirarme, reina de mareas y de mar, a este ahogado en soledad de sueños estériles y rebuscados.
Trata de inspirarte, de atraparme, Diosa nocturna con derecho y privilegio de ser pluscuamperfecta.
No me deja, mas quiero soñar, dormir y seguir soñando mi estatus. Pero ella quiere atraparme.
Decirme que el amor es más que tiempo pasajero sin boleto de retorno, y yo digo que debo trabajar mañana, que es tarde para descansar lo necesitado.
Me dice que la gloria es dinero más fuerte que papel y metal, y yo digo que mis sueños y segundos debo almacenar por mi paz.
Me dice con su cara redonda de espuma blanca que estrellas van y vienen, mientras fui formado para construir estrellas con las torpes manos que hoy escriben.
Me dice que la marea ahoga si no sigo su corriente, y prefiero adormecerme en el espacio que nada representa.
Los perros aúllan y los hijos respiran, y yo no conozco el sueño que no sea contigo.
Dice que te busque al amanecer y yo digo que a mí mismo encontrará la forma de no responder a tu llamado.
Trato de alejar, trato de escapar de la caída de mis hojas, aunque no sé quién escribe ahora, sólo sé que tu redonda me persigue, pero prefiero negar su ausencia y la tuya de mi poesía, no escrita, porque no se qué hago ahorita. Si soy nunca de la luna ó ella me lleva a lo que no soy.
No sé qué concluir, porque aun huyo de ser poeta a tus lunas.
Te veo en ella cielo.