Nunca habrá bagatela
en las horas de escuela.
Tanto que lo perseguí
y solo era un baladí.
Hacerlo compadre
me resultó en balde.
Con solo piedras
cualquiera arredra.
A muchos le cuesta
sentarse en banquetas.
Hay quien es feliz
usando barniz.
Se mueven grandes pizarras
por los gritos de las barras.
Soñar en cosas futuras
son hermosas conjeturas.
A la hora nefasta
digámosle ¡basta!
A pintores excelsos
les sirve cualquier lienzo.
Enemigo constante
nación beligerante.
En invierno ,la leña en las fogatas,
en primavera, verdor en las matas.
Que culpa tiene Barrabás
que le hayan dado libertad.
No es arte ni ciencia
la benevolencia.
La ebriedad y el beodo,
molestias para todos.
Nadie apaga deseos
con el solo besuqueo.
Muchos son bichos
por un capricho.
Algunos son como los billetes
valen igual aún con dobleces.
Existen madres que en sus sueños tan ilusorios
imaginan que para sus hijos no hay demonios.
Sabiduría latente
en cabezas con birrete.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela