Llora el niño en la calle de hambre
su madre lo abraza queriendolo calmar,
pero no calma su debilitado llorar
que se pierde entre el gigante enjambre
de personas caminando en el alambre
punzocortante de la sociedad, sin pensar
que ese niño morira sin poder saciar
su alma entre tanto cochambre.
Su madre, lo tira al frío suelo
y esconde su verguenza en la droga
que dolor, que desconsuelo
siento, cuando su vicio desfoga
entre las aceras que reflejan el cielo,
la impotencia me retrae y ahoga.