Sombras y luces,
en ese esbozo de la vida
se me olvido su nombre.
Lo grabe en las arenas
de mi corazón y el ir y venir
de las mareas del tiempo
lo borraron.
No, no me acuerdo de su nombre,
y sin embargo entre las malezas
de su ausencia, en el balcón
de mis ansías por ella,
siento el olor de su sexo,
saboreo los besos de sus labios
y me miro en sus ojos
de un verde intenso...
Sombras y luces,
orfandad del alma,
rencor, amor lejano.
Se me olvido su nombre,
pero aún siento en mi pecho
su cabellera dorada,
y el horizonte de la esperanza
hace que busque,
en las memorias
de las heridas, su andar zalamero,
su risa de placer
y sus labios de miel.
Se me olvido su nombre
entre las sombras y luces
de las miradas ausentes.