La huella de tu cariño
en mi pechó tatuada llevo.
De mi memoria nunca saldrá.
El enigma de tus ojos,
Candado será.
Locos desvaríos míos
se impregnan de maniacas fantasías,
al saborear la gloria de tus besos.
Ofrendada a mis labios.
La pasión infinita tuya,
a respirar tus pensamientos incita,
los que como destellos divinos,
de devoción giran,
al compás de nuestro arrobamiento.
Instantes vestidos color alegría,
contentos sonríen.
Al sentirme aprisionado en tus brazos
En cada estrujón con ternura dado,
humedecen mis cielos.
Tú presencia
hácenme vivir de nuevo.
Quisiera en tus brazos siempre existir,
del candor de tus ojos cegarme,
y con su fulgor detener
El tiempo.
bambam