Parece que fue ayer cuan sin pensar me hundí
En un profundo abismo, en letal soledad,
Las enormes tinieblas de no poder hallar
Salida al laberinto, el cordel que seguí;
En sendas sin salida, sin querer, me perdí;
Yo buscaba una ayuda, una sana amistad,
Pero estaba muy solo, nadie pudo escuchar;
Y en una triste trampa muy solo me escondí;
Un auxilio buscaba, pero nada encontré,
Con mi alma resignada acepté mi destino:
Afrontar mi futuro, superar alma y piel;
Y bebí muchas lágrimas y pisé los espinos,
Pero no me quejaba pues sin alma quedé:
Trascendí ese momento: logré hallar mi camino…