En tus párpados florece
niña
alborada sinfónica de trinos.
Titilan en tus ojos
amapolas y verdes inefables,
y es el trillo de tan tierno...
una flor en tu cabello.
Feromónica humedad
el color de tu voz
que germina con el polen
de este verso mañanero.
Es el sol que asoma por levante
un atril para tu luz
y un lucero tibio
acariciando tus remansos.
Y yo que te escribo niña
desde este amanecer tirano
diciendo adiós a la luna
con este cuadro de malvas
y de hierbas
de azules utopías
y verdes esperanzas.
Para ver si tus ojos,
me enseñan a mirar desde tu cuadro
y no desde este purgatorio
donde añoro tus manos tan distantes
donde miro a la patria diluida
y le canto a Natura
y al humor de tu cuerpo
escribiendo al tul en la ventana
que se mece, suave...
por donde te me escapas
Te llevas al deseo...
pero tu recuerdo me salva.