Te fuiste y se te olvidó,
llevarte tu nombre
que permanece en mis labios.
Tu imagen que está instalada en mí
y permanentemente viene a mi memoria.
Tu piel, que constantemente acaricia la mía.
Se te olvidó llevarte tu ausencia
que me tortura a cada momento
en mis frías noches.
¿Por qué no te llevaste nuestras pasiones?
El viento... el viento, ya se ocupa de mandarme,
ráfagas de tu fragancia.
Acuarela