He tenido un corazón
que me presta sus latidos
he tenido un corazón
con la sangre de mil ríos
con la memoria taciturna
de un dios herido.
He tenido una alma con hambre
que vaga por las calles y los escombros
que quiere árboles sobre las sombras
vericuetos en los zaguanes
pálidas rosas en los acantilados
de los edificios.
He tenido luces y misterios
heridas que he desangrado en las veredas
sin que nadie se entere de eso.
He buscado las respuestas
más allá de las corbatas y las togas
de las sotanas, de las charreteras.
¡Pobre de mí, soy apenas un hombre
que cuida que no llegue el día
de desnudar mis cicatrices y la sorna!