Dayana Molina
Dos en uno y sin parar.
Tenía ojos claros,
decían que era mi amor moreno,
con piernas largas y pelo bello.
Escultura de hielo,
tan duro como un zafiro y tenúe como flor,
sonríe como sol,
mira como buho, contiene una mezcla y sazón,
lleva espinas en las manos y una lengua con posión más mágica que su olor.
Los vellos de su rostro me hacían desearle más
¡Ay mi amor! Cuándo vas a llegar,
para enredarme en tu alma tan querida desde ya.
Si supieras cuántas ganas tengo de besarte,
y de que mis labios se muerden y te buscan en la madrugada,
cuánto anhelo de tenerte,
cuánto anhelo de que tu lengua viva en mi boca,
recorriendo mi paraíso infernal,
curando las heridas de tu alma
y dejando lo que te cuela atrás.
Ven para enseñarte a volar y recorrer los cielos, querido,
no te arrepentirás hasta el final,
pero no pensemos en el final,
esperemos que esté lejos y no nos toque jamás.