SU BOCA ENCENDIDA
Ella tiene una boca luminosa
como una encendida estrella
en sus orillas de mar morena
donde se abre la tibia tierra.
Mas un trozo de monte
resbala por su cándida ribera
hasta el centro atrayente
donde despeña muy fresca.
La pirámide enrojecida se perfila
en un eterno miedo de cara al viento
con sus finas arenas que confirman
la hermosura de sus columnas.
Allí alumbran como dos cometas,
mientras su nebulosa duerme
muy sedienta y caprichosa
de las aguas de salmuera.
La estrella con puertas de seda
cuando abre sus bellas compuertas
se ve muy profunda una cueva de almendra
propia del molinero que la adosa.
En ella el labriego tiene el molino
donde aloja sus sentimientos,
sobre la vespertina aurora
con esa ternura admirable.
La brisa del bosque palabras evoca
y quiere envenenar al molinero
absorto y astuto de no perderse
en el medio del amado otoño.
Mientras las flores vuelan,
entra una barda molinera,
entonces huyen los perfumes
de todas las laboriosas moliendas.
Esas prensadas pasadas y futuras
que ella hace y saber enternecer
y ahí se atreve a quemar la historia
nocturna del molino y de la molinera.