Al esperar el crepúsculo vespertino de tu mano
La frescura que venia fue por tu sonrisa
Tu boca, tu nariz , tu cabello inquieto
Mas todo eso cuidé con mi brazo,
Mi mano buscaba algo alto
y fue a tu cuello a recostarse
A estas horas, tu sabes,
Que el crepúsculo nació en aquel momento
Cuando los pinos ya dormían entre las montañas
Y el olor de trementina se apagaba
Vimos como el pueblo
se encendía de candiles
Ya volvían los albañiles
Ya cerraban los comerciantes
Mas solo tu mano
no se perdió entre el crepúsculo
No te solté amor mio,
tu vienes aquí a mi lado
Vienes bailando ante mis ojos
Dando vueltas por mis brazos
Me enamore de la cumbre de tu pecho
como los sauces se enamoran de la tierra
A esta hora,
Brilla una luz entre tu boca
Mas no se apaga
Como se apagaron los viejos candiles