El cielo recortado entre las montañas del valle
semeja un gran tajo, desangrándose en el lago.
El sol arrebolado de vientos, huye de las sombras
que ganan la noche.
Pequeñísima, vas de regreso por la senda
en tu mirada llevas la alegría del misterio
y tus manos no soportan los bolsillos
escapando en el vuelo de dos hermosos pájaros
que alborotan el profundo silencio del bosque.
Solo el amor, explica que no llegaras
perdida en ese cielo, llevada por tus manos
pájaros de maravillas en vuelo sin final.
Solo el amor y tus manos.