Impolutos de sexo nacimos,
desnudos de ropa, malicia, y perversidad.
A consumar nuestra misión vinimos
servir al prójimo nuestro,
de la especie su conservación.
Elucubrando noche y día
orientaba mi camino sin igual,
encausaba la vida mía.
Gobernada por el precepto sexual.
El instinto animal,
mi mente sugestionó.
Sobre mi sexo al final dictaminó,
llevándome a veces, al infierno
terrenal.
En la juventud
llevamos el sexo como guía
crecemos bajo su don,
vivimos a merced de su linda tiranía,
fecundada de llantos y dolor
Con los años, la experiencia llega
nuestra mente y alma,
olvida libidinosos pensamientos y sentidos.
Juventud; fogosidad es.
Madurez; cimiento de amor y amistad.
bambam