Maldita indecisión que me arrebata la calma. Para que sirve la razón, si el corazón te dice lo contrario? razón, corazón, quienes son esas? quién me gobierna realmente, quién soy, de quién es el espacio que estoy usurpando?, no me siento digna ni dueña del mismo, tantas veces me pregunto qué hago en este mundo, no avanzo, qué de mi vida?, esa que ante todos es fuerte y positiva; sin embargo un manto gris envuelve mi alma, manto tejido de inseguridaes, falta de fe, soledad, angustia, decepciones mezcaldas con amor, esperanza, sueños. Quítame ese manto Señor, manto que demuestra que estoy viva, que tengo sentimientos, sentimientos? para que sirven los sentimientos? dónde los compro?, cómo se comen? cuántas calorías tengo que consumir de ellos para hacer de mi cuerpo y mente dignos para vivir? Razón y corazón ausentes están, a dónde se fueron? huyen de mí. Y yo sigo aquí, sentada sobre los minutos que agotan mi existencia, pensando si continuar o desistir, calla... pensando en continuar? No, miento, ya había desisitido antes de emprender el viaje, ese viaje, este viaje, cuál viaje? Maldito sube y baja, ayer estaba bien o hoy no me reconozco, sentimientos que ahogan mi juicio, promesas cumplidas que en el camino pierden fuerzas y al hoyo de la decepción van a parar. Cuánto tiempo se puede vivir así, con esa adicción que mata poco a poco, envenenando aquel sentimiento humano y bueno que pueda existir en mí? Qué sucede conmigo? Soy consciente que hay alguien más poderoso que yo, que cree en mí, él está dispuesto a darme cuantas oportunidades sean necesarias, lo sabes, lo sé, estúpida, estúpida, estúpida. Qué hago aquí? dime, ayúdame a entender quién soy, estoy pérdida, no me encuentro, no me encuentro, estoy ausente, soy nadie y nada........
La calma llega, la incertidumbre firme se mantiene y continúo preguntándome hacia done me dirijo, hacia dónde?
Estás bien? Claro, estoy bien.