Qué importancia tiene una letra u otra si están desordenadas,
qué de la palabra que se forma si no estás cerca para leerla y no significa nada,
serás como la desimportancia de la rosa si no te pinchas al tocarla.
El renglón nos encierra, cárcel de la imaginación desolada,
tú quieres volar bien alto donde nadie te ve ni te alcanza.
Tus cabellos caen desde la noche, se prolongan sobra la lámpara,
es mi impulso pensar en mar y barcos cuando en olas con tus pestañas me acompañas.
Duermes celosa de la luna, bostezo aquel viejo amor secreto y me venzo en tus pezones.
¿Qué ha sido de aquel poeta que tanto te amara?
Hoy se me cierran los ojos, me arden lágrimas en llamas,
debo apretar los párpados secos y beber de a sorbos el licor de la añoranza...
No tu no vienes, mis manos quietas sobre tu falda,
tu no vienes y yo me quejo, sueño y me lastimo íntimamente,
¿qué es lo que quieres?, muerdes, tu boca me muerde
y yo tierno, débil, me digo mil veces basta.