Mejores vicios existen en la vida que mantenerme virando cual Neptuno en los lazos distantes de tu amor inmisericorde, y más sutilezas apuntalan el alma que unas vacuas palabras de comprensión o dulzura, guarda mejor aquello que aún me evita el odiarte, oculta en palacios y frías cavernas (a ti, que tanto bien se te da la frialdad) cualquier suspiro por planear.
Que sucedan los días, anormales y sinceros, como solo pueden desfilar para nosotros los poetas.