Poema XV revisitado
Me gustas cuando hablas porque estás como presente
y dejas atrás a Neruda y das tus propias opiniones,
y no es que Neftalí Reyes Basualto no me importe,
pero ya décadas pasaron como para que sigas en silencio.
Como todas las cosas tú estás hecha de tu alma,
desde allí nacen los montes, los valles, los desiertos,
a nada te pareces, aunque todos te imitan,
incluso mi verdor, leve silencio en tu arcoíris.
Me gustas porque tú te gustas, y mi gusto no es el tema,
creces, ríes y cantas como una enredadera,
ni falta hace que me oigas, son tuyas las palabras
y yo, tu admirador, voy boquiabierto y perdido.
No te calles, no me hables, no te compares con nada,
enséñanos tus torres de viento y de infinito,
eres como ninguna, nada sirve en tu elogio,
pero tú vives y amas, como aquel lejano anillo.
Te quiero parlanchina, dialógica, pensante
y sonriente en el final de todos estos versos,
ni tú cabes en ellos ni ellos logran apresarte
y estoy alegre, alegre, de que todo esto sea cierto.
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29 07 14