Ahí estaba un austero y vacío hombre
Ahí se hallaba de tras de las sombras,
Al parecer una esencia sin nombre
Quien solo esperaba del mundo las sobras
Con una piel más pálida que la nieve
Unos ojos más perdidos que el cielo
Gritando un silencio que conmueve
Clavando una mirada que derrite el hielo
Camaleón que se camuflaje en el oscuro universo
Ostentando sus sentimientos por el reverso
Mirando ahí historias falsas de una realidad
Las cuales encierra en la soledad
Escritor de mil historias arrancadas
Vividor de mil caídas halladas
Logrando olfatear su dolor,
Por si fuera poco, saborea el acerbo sabor
Defensor del desasosiego y de la sombras
Acreedor del la soledad
Inventor de palabras
Prisionero de la verdad.