El lazo de la espera se desata,
una veta de oro dando plata
y se ocultan los brazos ya vencidos,
tras la piel que contempla la mirada.
Tantos sueños se vieron desleídos
por promesas fútiles de pirata,
que maquillan jardines y fogata,
despertando recuerdos tan dormidos
tras la piel que contempla la mirada.
En las letras de historia conjugada,
hay vacíos que juegan con el tiempo
sin olvido abisal de la contada;
flameante, sin lago en la calzada,
duerme el amor...inquieto en su destiempo.