Estoy sentada,
Veo espejos pegados a la bolsa verde que me regalaste aquel 5 de junio,
El último que pasamos juntos,
Me reflejo,
estoy sola,
es medio día pero ha obscurecido.
Huele a claveles muertos pidiendo perdón en una esquina de mi cuarto,
Callados gritando tu dolor,
Se beben el agua que se acaba con su vida,
con nuestra historia,
Interminable agonía mientras queramos.
El día ya no puede ser más caliginoso,
No percibo su claridad,
Ahora soy daltónica,
estoy biforme
No te distingo.
La razón dice: No,
El corazón: ¡sí!
Tú dices: vuelve.
Yo digo: no sé,
¿Qué dirá el destino hoy a las 9 de la noche?...
Para Luis Alberto Tellez Díaz.