Afelío

Subsisto.

A veces estoy y luego dejo de estar sin abandonar el mismo lugar, bebo de más y contemplo sin tiempo la vida pasar, pienso tanto en mantenerme queriendo cambiar, no ser tan igual, tan amoral hacia mi sino -un beso triste bajo el castaño- un mortecino he sido a diario, ermitaño del alcohol y sus agravios, huraño extraño divagando sin sonrisa con torpeza entre la briza espesa, un autista de promesas impías, aventurero en las trampas, mas siempre fiel a su copa, a su estampa de escribano, sí así sabe más dulce el veneno, el volver a recordarlo junto a lo malo y lo bueno, lo acaudalado en la memoria de un prisionero atado de manos, hechado de menos por alguno de sus hermanos, poliestirenos, poliuretanos, policromáticos de olvido en la zona hadal, donde solo nebulosa es abad y vanidad no va en bondad de saber donde estas, yo estoy fatal como todo buen juglar y he de empezar a terminar todo aquello que deba esfumarse, aquello que me consume y consúma mis tardes, sí hablamos de fases, de esguinces mentales y nubes en calce intentando evadirme, como aquel que no duerme y se lamenta en la morgue a expensas de un tiembre, como un nombre en sangre y el sable en los dientes del tigre, mejor no digas nada sí no sabes que decirme, sí soy sensible y me hace daño hasta escucharte, regresar a ese norte que ya no existe, condicionante del réprobo quiste que sobre su estandarte lluvia insiste en resisitirse.............En no callarse.