Los días son nublados y lluviosos,
Iguales a esos que nos gustaban pasarlos abrazados.
El calor es el mismo que se sentía en ese entonces,
El viento tumba las hojas de los mismos árboles verdes como antes.
Pero tú y yo ya no somos iguales,
No como antes, no me tienes ni te tengo,
Hemos olvidado ya el sabor de nuestros labios al mezclarse.
No sentimos ya la embriagues de nuestras miradas al cruzarse,
Ni sentimos ya el fuego de nuestros cuerpos al fundirse,
Tú te has ido y yo no me he quedado.
Sin embargo, yo aplaudo cada paso tuyo, cada logro me dibuja una sonrisa, te felicito por medio de mis buenos deseos, y te abrazo con mis recuerdos, te beso con el alma, que siempre te tiene gravada.
A ti primavera que solo felicidad siempre te deseo,
A ti que no te olvido.
Tus manos suaves, tu piel blanca, tus ojos bellos,
Y tus orejas que me encantan,
Esa vos melodiosa que calma y tus palabras que me guiaban.
Como olvidar esa boca que me extasiaba,
y tus delgadas piernas largas;
Ya no estás tú conmigo,
Pero yo estoy contigo,
Vigilo muy de cerca tu camino, que sea firme y feliz e iluminado,
Para ello, unicamente, teniendo a dios como mi aliado.