Libre en un tiempo de crueldad,
De mentes voladas al silencio
De ojos que llueven desde la estela
Que una luna baldía deja en el mar de mi sierra.
Y volver al centro del rio
Y alquilar la rama de agarre
Que impida el arrastre definitivo
Hacia la catarata de mi angustia
Y un beso, y una caricia y un roce apenas
Hace de nuevo supurar la herida.
Fuera del silencio de mi voz