he considerado
soñarte de vez en cuando,
pensarte menos y reir mas.
cuando camino solo; pienso en ti,
en tu boca lívida, temblorosa,
y dulce.
a veces el café
me recuerda el sabor
de tu piel amarga y dulce
por momentos.
junto a un arroyo de cristal
y mis pies sobre la yerva
que fue regada por la brisa
de la mañana, me inspira
versos como el áspero y tibio olor de tu vientre.
quisiera a veces pedir un deseo a dios
y que aparezcas frente a mi
para no volverte a ir,
dormir a tu lado como antes,
acariciar tu cabello en la almohada fria,
tus pies suaves y tus dedos sutiles,
tus labios de miel virgen,
tu olor de mujer me llama
como los sauces
al viento.
bajo el sol de tus ojos
y la arena que ha dejado la canícula;
nace como de tus pies una flor azul
donde se posa una mariposa
dando vida con sus colores
y la belleza necesaria
con que la naturaleza viste a la vida
para nosotros.
así te vistió a ti,
de tal belleza, desde tu alma,
hasta lo mas arcano de tu piel
y asi te quiero siempre,
hasta que nuestros cuerpos
seniles languidezcan, y nuestros pasos
se vuelvan lentos,
tu cebello
ya será como la plata a la luz
del sol,
y blancos a la luz de la luna.
tus ojos ya cansados,
tu voz trémula y seca
como un pozo olvidado, tus manos
frágiles ya, comos las ramas secas
que el viento se llevará
estarán siempre al alcance de mi,
hasta que la muerte
nos alcance.