Me desperté esa mañana sabiendo que sería la última contigo.
Tus maletas esperaban ya en la sala, empacadas la noche anterior, ni mis lágrimas lograron amedrentar tus ganas de irte.
Me acerco a la gran ventana, aún el sol no sale por completo, tal vez también se siente triste, tal vez no quiere verme llorar.
Una densa neblina cubre la ciudad, los diminutos carros estacionados en la acera, pierden su color bajo la confusión de mi mente.
Te amo no te vayas! Grita mi corazón… pero es demasiado tarde, no me queda ya nada por hacer, no te queda ya nada por sentir.
Tantos recuerdos, tantas vivencias, tantas luchas que estuvimos juntos, parecen desvanecerse en el gris del cielo.
Voy a extrañarte, si, voy a amarte, también, pero no voy a esperarte… en cuanto salgas por esa puerta, empacaré lo mío y partiré en un viaje del cual no hay retorno.. Solo que no lo sabes, no haz podido adivinarlo en mi mirada porque hace ya muchas lunas que no me miras a los ojos, que no me abrazas, que no me amas…
A donde vayas, recuerda que te amé como a nadie y como nadie te amó, tomé los pedazos maltrechos de las ruinas en que estabas y construí un grande y bello santuario en el que me gustaba meditar a diario…
Te amo y te irás, te haz puesto tu chaqueta y tu bufanda, la que tejí la navidad del \'96.
Tomas tus maletas y ni siquiera das vista atrás.. te voy a extrañar...