Cuatro brasas en mis manos
para entibiar mis miedos
me regalaron los espinos
temblorosos de frío
por la neblina congelados
mirá a lo que he llegado
por ese cariño ausente
no quiero que de repente
la conciencia me llame
con mis antiguas nostalgias
pués se apagarán mis carbones
y que respuetas convincentes
a los pinos les daré.