Vendiendo golosinas en el cruce,
donde paran su carrera al pasar,
detenidos brevemente por las luces,
te vi, María, tu hijo cargar.
Dieciocho años y ya tirada,
no hace mucho que dejaste tu niñez
y sacando la cuenta, hace dos años,
tal vez, fue ésa tu primera vez.
¿Te creíste las mentiras
que te dijo el embustero,
cuando, inventando un: -“Te quiero”,
te robaba las caricias?
¿Qué espera ahora a tu vida?,
¿qué nueva herida abrirán?...
María abandonada, María sola:
¡más te quieren ultrajar!
Trabajando y en tenaz porfía
y abrazando fuertemente a tu hijo,
ya olvidaste el “-Te quiero” que te dijo,
... sólo te quedó la agonía,
María niña, María sola,
María abandonada... María...