Ianick Bielous Di Meglio

Existencia

Yo caminaba de regreso a mi casa, contemplando la lluvia, la vida, la muerte, la existencia. El día ya llegaba a su fin tiñendo a las nubes de un color rojizo que se apagaba en el horizonte. No podría haber estado mas propicio, todo estaba predispuesto a que pase algo así. Cuando crucé las vías y luego el playón, en donde se establecen los vendedores feriantes los domingos por las mañanas. Justo después de la pausa que exigió a mi paso constante un colectivo, que amenazaba con salpicarme con el agua oscura que había acumulado la zanja tras la lluvia que caía entonces. Apenas termino de pasar frente a mi el colectivo, lo vi cruzar la calle desde la esquina de en frente en dirección hacia mi. Llamo mi atención por completo pues, su apariencia física se asemejaba a la mía, solo que se veía  mas deteriorada. Este hombre miraba fijo el suelo y no dejo que pueda observar sus ojos. Era alto y rubio, con el pelo rizado de suciedad y dejes, su barba pintaba sabiduría y paciencia, como la barba de un viejo erudito, . Se dirigió hasta mí y, apoyando una mano sobre mi hombro, me dijo al oído con vos tenue y clara – señor discúlpeme, usted ¿existe? – . Frente a esa pregunta no valió el enojo, ni el sarcasmo, ni la indiferencia. Solo me importo el interrogante. Entonces cerré mis ojos y me lo pregunte a mi mismo sumergiéndome en profundas elucubraciones existenciales. Sin contestar me quede atónito pensando que nadie tiene una existencia real. Pero al abrir los ojos todavía no pasaba el colectivo que finalmente paso salpicándome desde la cintura para abajo, enfriando mis pies por completo. Apenas sucedió esto atine a sacudirme el pantalón y a continuar mi camino. Pero no apareció el hombre y por lo tanto no ocurrió lo acontecido antes. Talvez solo lo imagine, pero no podía dejar de pensar que nadie es dueño ni de su existencia ni de ninguna, por eso debe ser que me es confuso e inentendible lo que me sucedió, o talvez nada de esto existió. y esto lo explica todo, ¿o no?