Hoy le escribo nuevamente,
a esta mi soledad recurrente,
compañera y amante fiel,
aunque a veces agobiante.
… Soledad... te confieso, que le extraño,
aunque nunca estuvo presente.
Que me he enamorado …
Que soy un tonto suicida.
Si... soy el tonto que la quiere,
le AMA, y el tonto que por nada
la cela, aunque a esto no tengo
derecho alguno ni consuelo.
Soy el que le ve llegar
y se emociona, el que agritos
y sin temores ante todo el mundo
acepta que le AMA.
Soy el tonto que se ilusionó de la nada,
que se desgarro la piel por abrazarle,
se coció los labios para evitar besarla
y se quemo las manos por no tocarla.
El que se quiso suicidar
en las curvas de su sonrisa,
y en el precipicio de su mirada,
en el radiante rayito de luz de su ser.
Y bien dicen por ahí que...
el que por su gusto muere...
hasta la muerte le sabe, y fue
la mas hermosa agonía...
Se acabo la luz de mi vela y
se acerca un nuevo amanecer
pues ahora esta mas obscuro
y le dejo en las tinieblas.
Esas tinieblas del pasado,
del olvido, la amargura,
y de este AMOR moribundo
por su desdén y silencios eternos.
Soledad... toca mi pecho
y siente como palpita...
irregular y precipitadamente...
!Como se rompen estas ilusiones tontas!.
\"Se feliz pues yo lo soy por ti.
Muere como quieras pero se feliz.
que yo moriré viéndote feliz...
Desde esta mi soledad\".
JESM 31/07/2014