Es todo lo que ha quedado atrás,
y ahora los abuelos disfrutan
recordando aquellos años
de juventud llenos de
experiencias maravillosas,
alegrias y tristezas.
Sentados en el banco del parque,
mirando como juegan los niños
correteando tras un balón y
disfrutando de la compañia
de sus amigos de juego.
Sus corazones saltan de alegria
mirando tan hermoso paisaje
y olvidando todo el dolor y
el cansancio que hay en sus rostros,
que ha dejado como huella,
el pasado que han vivido
con pasiencia y amor.