Maldita bendición.
Tal una bendición parece.
Cuando un país tiene las venas
Preñadas de “oro negro”
Otros con buitres --engendro de dragones--.
Escupen fuego sobre sus escuelas
Y asesinan los niños que la habitan.
Bombardean hospitales
Y destrozan: heridos, ancianos y mujeres.
¡Malditos asesinos! ¡Mil veces sean malditos!
Genocidas. Que atacan a los pueblos inermes
Para extraer la sangre de sus venas.
Los pueblos atacados se defienden:
Con llanto y oraciones.
Oraciones a un Dios, que cómplice;
No oye, ni ve las lagrimas
Que ya parecen ríos.
¿En dónde está Señor, ese, tu amor,
que no defiendes las vidas inocentes?
¿Es que tienes acaso, necesidad de Almas en tu cielo?
Decreta ya tu Ley: Que cese el fuego
Sobre un pueblo indefenso
Que ofrenda vidas colmadas de miseria.
Para vivir…para vivir…en Paz