LOS OJOS DEL ALMA.
Davileine Borrego@R/08-2014
Ya no queda más que el olvido
y el silencio de un trozo
de papel amarillento,
que el tiempo se encargo
de borrar hasta la última letra,
y aferrado a la memoria
quería devolver las palabras
que un día le dieron vida,
pero que en su terco
actuar dejo olvidado.
Hoy llora, y sus lágrimas borraron
lo poco que quedo
de aquel papel amarillento.
Su dolor era tanto y no podía
entender el mensaje
que un día olvido.
Hoy su vida depende
de aquel trozo de papel.
Todo a su alcance
y en un momento, sin saber,
lo había arruinado todo.
Aquella mujer, hoy parada junto a el
y que sus ojos no quisieron ver.
Hoy era la causante
de su felicidad y su dolor,
ni las hojas de aquel árbol seco
le decían lo que el no podía leer.
Hoy su vida dependía
de un papel amarillento
que no lograba entender.
Alcé mis ojos y mire fijamente aquel
hombre sin corazón.
Que ciego eres toda una vida
junto a tu almohada
y no has podido ver.
Hoy te preocupas
por un trozo de papel
que el tiempo borro,
sí es que alguna vez en el se escribió.
Mira bien, mira bien, no puedes ver
porque eres de los ciegos
que van por el mundo
sin querer ver. Es solo un papel
que en el olvido quedo
lo que había escrito.
Yo soy las letras que se borraron,
era con los ojos del alma
que me podías ver
pero, como eres un ciego,
me voy en mi corcel
a otros mares, a otros cielos,
en busca de quien me mire
con los ojos del alma,
con los que tu jamás me pudiste ver.
En el te decía como me podías hacer volver.
Solo tienes entre tus manos
un trozo de papel en blanco,
sus letras jamás las podrás ver
Aquel hombre cayo
de rodillas con sus letras,
que volaban como hojas
que el tiempo le devolvió.
Más solo fueron palabras
que se perdían
y ni así entre sus dedos
las pudo entender.
Le faltaban los ojos del alma para poderlas ver.