El viento bufaba los fríos del sur que, al dejar su bulla, permitían el siseo caluroso del sol.
Se encontraban las huestes de regalo.
Las causas del combate, del interior, de la autoridad.
Pasan a pesar del desanimo las merecidas y no ganadas alegrías.
El protagonista del poder, del perder, sin poder.
¿Si existe un momento para hacer lo imposible? ¡Si!
El tiempo es antes de creer que es imposible.
Y así, lo único imposible es lo que no se intenta.
Sin perder, el abandono es el mas trágico fracaso.
Hay que observar, sin protesta, las causas de este terrible suceso que no sucede.
No me quedan ya favores que sentir, que saber.
¿A caso no es determinante la sola idea?.
El paso, el peso sin pausa. No excede su verborragia, no.
Pasaremos por hoy, siempre, como nunca, para nada.
Si en tu pasado falta despertar el pasado de referencia, mañana no deja de ser hoy.
Tal esquema asusta al pensante.
Quien piensa y es libre, comparte y es.
Así que no pierdas sin perder, sin que valga la pena sublevar la erudición, el brío.