Pasa el tiempo cruelmente clavando sus manecillas en mi piel,
Mis pies quisiera moverlos como el viento, para poder alcanzarte…
No corras tan rápido, detente y mírame…
Así como se desplaza la niebla, así como el agua entre mis manos… te vas
El destino enloqueció al unirnos en el lecho, puesto pecado cometía,
Dos almas con distintos y separados caminos,
No corras tan rápido, detente y mírame…
En el ayer pedí ser tu media naranja, tu alma gemela, tu otra mitad…
Pero cuando yo disfrutaba del canto de la primavera
Tú congelabas el sol en tus venas para que el frio del invierno te matara cálidamente…
No corras tan rápido, detente y mírame….
Inútil pedimos a la vida que detenga su tiempo,
Creando mundos, creando sueños donde tú y yo unimos nuestro corazón
Creando uno solo mismo, un águila, una luna…
Pero el tiempo nunca se detiene…
Así que corre, no te detengas y no mires hacia atrás…
Solo espérame antes de iniciar de nuevo …