Aaron Krauss

Secretos a un abedul

Esas hojas que tú ves caídas

vistiendo aquel suelo angosto,

son apenas las sobras dolidas

de un amor que floreció en agosto.

 

El ramaje desnudo y opaco

que hoy ostenta el amor marchito,

fue, en su tiempo, afrodisiáco,

cautivador y bendito.

 

Lo que tú eres hoy, abedul frondoso,

lo fue mi amor algún día.

Igual creció esplendoroso

sabiendo que se marchitaría.

 

No por eso el dolor es menos

ni la vida se vuelve más ligera,

pues ya no hallo días plenos;

ya no hallo quien me quiera.