SABIA CONVERSACIÓN
En ese día,
en que sea el último día
extenderé mis manos…
En mi vejes lo entenderé todo
mi saber no pedirá permiso,
en esa senitud que todo lo dificulta
te necesitaré …
En ese día, en que llegue el último día
atravesaré las puertas,
suspiraré …
Por encima de todas las cosas
pediré por ti, rezaré por ti,
te amaré y me amarás.
Estarás en la sala esperando
y yo no reclamaré tu presencia.
Este es un acto en soledad.
Moriré…
Y solo quedara entre los dos
una vela blanca cada 02 de noviembre.
Ángel Arveláez