DULCE AMIGA
Autor: Eduardo Carreño L
Simplemente, una sonrisa auténtica
deja translucir una amistad verdadera,
es el mar en calma riendo con las olas,
es derramar una lágrima en un vaso con miel.
Sencillamente, una palabra de aliento,
para enfrentar un problema o desacierto
es como el agua para una planta,
o como la tinta para crear una carta.
Eres para mí, una mujer innata,
una flor regada con agua bendita,
tejes con tu dulzura,la ilusión,
de un pescador en plena extracción
del producto, del trabajo y el amor.
Gracias, dulce amiga por escucharme,
por aconsejarme ante las adversidades,
gracias, por no dejarme solo,
por estar siempre ante tus ojos.
Gracias, por no olvidar mis penas,
por impulsarme a seguir adelante,
por valer tanto para mi ser,
por dedicarme más de un segundo.
Gracias por ser simplemente tú.