Aves soñadoras somos
cual atardecer de estìo,
removiendo sin hastìo
el asombro de los gnomos.
Que se asoman a lo lejos,
recogiendo en los recuerdos,
los renovados acuerdos
que reflejan tus espejos.
Y majestuosos derraman
sobre mis playas doradas,
las luces de tus miradas,
que en mì se encienden e inflaman.
Animando nuevos brillos
que bañan todas mis àreas,
con sus suaves brisas àureas,
donde cantaban los grillos.
Divisè con emociòn
la belleza en tu mirada,
era una dulce cascada
aquella demostraciòn.
Era esa ilusiòn buscada,
con sus bàlsamos amenos,
con sus sonidos serenos,
por mis sueños esperada.