Salí a vagar de noche
tus bosques encantados
con la mirada aguda
en busca de mis pecados.
Sembrados entre las ramas
con brotes iluminados
para el sentir de la suerte
se mantuvieran callados.
Agudos quejidos latentes
recuerdos asimilados
en esa noche boscosa
donde mis sueños gozaron.
Solo la sombra cubría
dos cuerpos apasionados
y un río de extremecimientos
aún los llevo grabados.