En esta vida terrena
Abundan lobos rapaces
Seres infames, secuaces
Que para nada respetan
Esos nobles sentimientos
De las mujeres que empiezan
A vivir, pero tropiezan
Con estos hombre sedientos
De robarles la inocencia
Con regalos y promesas,
Seres de una gran decencia,
Pero conductas perversas;
Niñas, oigan mi advertencia:
“los frutos son los que cuentan”…