En el jardín de la vida se entrelazan los colores,
para pintar armoniosos de este mundo sus canciones.
Vuelan las mariposas, se posan de flor en flor,
el arco iris rebela que Dios es el Creador.
Que amanecer brillante el de los enamorados,
como si mil sinfonías le hubieran hoy despertado.
El arroyuelo silvestre que bautiza la pradera,
y flores perfumando cual si fuera primavera.
Mirando por la ventana puedo ver alla a lo lejos,
de las abejas la miel que ya se esta derritiendo.
Aquellas naranjas con su dorada hermosura,
invitan salir corriendo a saborear su dulzura.
Dicen que el mundo es malo y Dios lo hizo precioso,
somos los mortales quienes lo hamos hecho pavoroso.
Aunque entre dolor y llanto se debate la creación,
yo desde mi silencio adoro al Creador.