Pensé que la distancia me haría olvidar
Pero no fue de esa manera
Sigue vivo el fuego de tu ser
Siempre presente en mi mente entera.
Pensé que la distancia me alejaría
Pero no fue así, seguías muy cerca
Porque cuando se quiere, no hay fronteras
No hay límites que se acrecientan
Sólo soledad del corazón que espera
Un guiño, una mirada, una caricia
Sólo en medio de la nada, habiendo todo,
Sigue el reloj circulando sin freno
Pero ahora sigo sosteniendo
Que te quise y ahora más te quiero.
Una tormenta en el desierto
No puede privarme de tu encuentro
Salen las estrellas del firmamento
Y escriben con su brillante titilar
Princesa cuanto te quiero.