Tintineas tú Cristal de la Noche
A los acordes de los matices de la lluvia,
Trayendo a mi memoria abstracta
La vedada imagen en penumbras.
Cómo explicarme que ocurra tal osadía
Que la vigilia en mi vida por ti provoca;
Sugerente y alegre cascabelito al aire
Como el girar y bogar en mar refugio.
¿Acaso el tiempo fructificado es fruto vano
Permitiendo que los días devoren lo más íntimo,
O es para hacernos firmes pretendientes
De las suaves caricias de los altiplanos?
Eres así, Cristal de la Noche, en las cimas,
En los bordes, en los colosales caminos;
Donde te diviso como lucero luminoso
Adviniendo a mí para la grandiosa cita.
Pero inadvertidamente callo, el querer.
Soy apenas un náufrago impelente;
Mientras toda tú permaneces en mi mente
Y en la piedad de una espera en paralelo.
Si dejo que sople el viento hacia mi destino
Hemos de encontrarnos, caminantes:
Por los senderos, cumbres o caminos
Y en las aguas invernales de nuestros afluentes.
Theo Corona
Marzo 21 de 2014
Día Universal de la Poesía