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¡Ay, que avalancha de brisa!,
y como es tanta mi prisa,
queda mi olfato adherido a ti,
con la unica intencion de oler...,
tu fragancia pura e innata de rosas,
y deseo mas tu cosas,
que me hace ir tan veloz en mi camino,
si el sol dio ya su luz y llego la noche,
como que te recuerdo en mi pecho,
y desnudo aqui en mi lecho,
todo mi pensamiento porque te quiero;
¡Ay, que viento en alud ha llegado a mi!,
y es viento en menester como en mi jardin...,
hay rosas reales con euforia de olores,
que acechan mi nariz a oler el perfume,
que llevas mujer, en mis caminos solitarios.
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